sábado, 25 de julio de 2009

¿Por qué en el campamento lo hace todo y en casa no hace nada?

Durante muchos años he acudido como educador a campamentos con niños y adolescentes. El día que las familias nos visitaban a compartir la jornada con los acampados se sorprendían de las cosas que sus hijos eran capaces de hacer solos y nos hacían siempre la misma pregunta: ¿Por qué mi hijo aquí hace tantas cosas y en casa no hace nada?

Muchos chicos están en estos momentos de campamentos y muchas familias se hacen la misma pregunta al comprobar que su hijo hace la cama, friega platos, barre y se come la comida sin protestar y hasta platos que los padres consideraban prohibidos. ¿Por qué?

La respuesta la tienen ustedes mismos y la receta la pueden aplicar en casa:

- Desde el primer día forman parte de las normas (claras y concretas) que cada uno tiene que dejar sus pertenencias ordenadas: su cama, tienda de campaña, etc.
- Se reparten tareas y todo el mundo las hace… no hay alternativa: todos tienen que hacer labores en el campamento: barrer, fregar, ordenar…
- En la comida: tampoco hay alternativa. Se come de menú, no a la carta como en casa y a nadie se le obliga a comer más, menos, o nada. Pero los chicos saben que no es posible comer otra cosa hasta la siguiente comida, sobre todo a partir del segundo día que se terminan los suministros que traen de casa. El hambre hace el trabajo restante.

En casa, en muchos casos, la situación es bien diferente: mamá o papá lo hacen todo, aunque proteste… pero lo termina haciendo. La comida, se hace lo que a los niños les gusta y si no… se hace otra cosa. Lo que sea con tal de que coman… y no protesten.

Si sus hijos han ido a campamentos y vuelven un poquito más autónomos y responsables… no rompan esa magia y no tiren por tierra ese logro en unos días. Sigan exigiéndole un poco de autonomía y responsabilidad. ¿No les parece?


Jesús Jarque García.

miércoles, 15 de julio de 2009

El microblogging:

Twitter: La vida en 140 caracteres

Por Consumer Eroski.- N. Tecnologías

La descripción de lo cotidiano en una sola frase se ha convertido en la sensación de Internet

"Cuéntale a los demás en 140 caracteres qué estás haciendo ahora mismo". Con esa premisa y un sistema tecnológico muy sencillo, asciende meteóricamente uno de los servicios de Internet que más usuarios ha conseguido en menos tiempo: Twitter. En él, cada usuario escribe lo que quiere en mensajes a los que sólo dará acceso a sus familiares y amigos (si los deja "cerrados") o a cualquiera, si opta por abrirlos. Y algo tan absurdo en apariencia como contar la realidad inmediata en una sola frase se ha convertido en la sensación de la Red. Además de compartir lo que se está haciendo, el sistema permite seguir las vidas ajenas, bien sea de los amigos más cercanos o de las estrellas del cine más rutilantes. ¿Se imagina leyendo en tiempo real que a una pareja de amigos les acaban de comunicar el sexo de su futuro hijo, o que su banda de rock favorita está haciendo una barbacoa en la playa después del concierto?

¿Cuál es el secreto de Twitter?

Las respuestas sobre el éxito de Twitter no son uniformes. Unos argumentan que despierta el exhibicionismo oculto del ser humano; otros resaltan que conocer la realidad inmediata de los demás internautas proporciona al usuario la sensación de compañía. También hay quien hace hincapié en la fuerza de su asimetría comunicativa, es decir, el hecho de que una frase escrita por un solo usuario pueda llegar de golpe a miles y miles personas. Esto explicaría el motivo de su popularidad entre los políticos y otros profesionales, y entidades, con necesidad de comunicar cercanía e intimidad a grandes grupos.

Pero más allá de estas posibles razones, lo cierto es que el fenómeno al que ha dado lugar Twitter, y que se conoce como 'microblogging', supone un avance en la colonización de Internet como espacio de comunicación entre usuarios.

Leer el artículo completo.

miércoles, 8 de julio de 2009

Cuidado con el sol: una guía para los padres

Campaña Choose Your Cover

¡Hola padres y madres! La protección contra el sol no solo viene en envase. Hay muchas formas de proteger la piel de sus hijos durante todo el año. Aquí le indicamos cinco opciones que puede poner en práctica.

sombrilla 1. ¡A esconderse del sol! La radiación ultravioleta es más intensa y perjudicial cerca del mediodía, así que durante esas horas es mejor planear actividades que no sean al aire libre. Si eso no es posible, hay que resguardarse bajo la sombra de un árbol, una sombrilla o una carpa. Siga estas precauciones para prevenir las quemaduras solares y no solo después de que ya hayan ocurrido.
Camisa 2. Cúbralos. Las prendas de vestir que cubren la piel de su hijo ayudan a protegerlo contra los rayos ultravioleta. Aunque es mucho mejor usar una camisa de manga larga y pantalones largos de tela tupida, esta no siempre es la opción más práctica. Una camiseta, pantalones cortos tipo bermuda o una salida de playa también son adecuados; pero es prudente reforzar la protección aplicándole filtro solar al niño o manteniéndolo en la sombra cuando sea posible.
Sombrero 3. Póngale un sombrero. Los sombreros que cubren el rostro, la cabeza, las orejas y el cuello son fáciles de usar y ofrecen una protección excelente. A los niños les gusta usar gorras de béisbol, pero éstas no protegen las orejas ni el cuello. Si su hijo prefiere las gorras, asegúrese de proteger las áreas descubiertas con un filtro solar.
Gafas de sol 4. Las gafas de sol están de moda. Además protegen los ojos de su hijo de los rayos ultravioleta, que con el tiempo pueden producir cataratas. Busque gafas que protejan los lados del rostro y que bloqueen casi el 100% de los rayos UVA y UVB.
Filtro solar 5. Aplíquele filtro solar. Siempre que su hijo esté al aire libre, aplíquele filtro solar con un factor de protección solar o FPS de por lo menos 15 y que proteja contra los rayos UVA y UVB.

Para más información, consulta esta página:
Cuidado con el sol: una guía para los padres